COMO PLATERO
Como contar
"PLATERO Y YO" en doscientas palabras....empresa difícil.
Este es un
relato que me hizo mi abuela, así que lo contaré en primera persona tal cual me
lo refirió.
"Mi
papa trabajaba como carpintero en diferentes establecimientos, en el norte del
país.
Así que nos
mudábamos continuamente. En un momento nos toco vivir en el Ingenio Ledesma, y
la distancia para ir al colegio era muy grande, mis hermanos y yo, no podíamos
ir a pie y no había plata para comprar un caballo: así que llego a nuestras
vidas DON OTTO, que le llamamos así en honor al benefactor que nos lo regaló, y
se nos hiciera mas fácil ir a la escuela. La verdad es que Don Otto colmo
nuestra vida con su amistad y bondad todo el año escolar.
Mama nos
preguntaba: "le dieron de comer al borrico?" y el borrico era un
burro hecho y derecho, no viejo, pero si adulto.
Como en el
trayecto a veces se empacaba y se ponía terco, llevábamos una zanahoria de
tamaño considerable y bien carmesí para que resultara atractiva y decidiera seguirla,
puesto que la atábamos a un extremo de un palo largo, cosa que la viera delante
de su vista y el solo hecho de querer alcanzarla hacía que llegásemos a
destino; eso si, una vez en el lugar se hacia acreedor al fresco vegetal. Por
este motivo decíamos que eramos muy vivos y el burro un tontito. Y un día nos
demostró todo lo contrario.
Volvíamos de
la escuela por un camino zigzagueante entre los cerros, y a nuestro costado por
el barranco se hizo notar un gato salvaje, de buen tamaño. Ante nuestro miedo y
para alejarlo, nos apeamos del burro y con un tronco, hicimos palanca a unas
rocas para que rodaran por el barranco y espantara al gato, así fue, salió
corriendo; pero no por mucho rato.
A poco de
andar, a nuestra izquierda, en las alturas se hizo notar, con el pavor que nos
daba la sola idea de que Don Otto se lanzara a la carrera y nos tirara al
suelo, nos bajamos. Nuestra sorpresa fue que el burro no salió corriendo sino
que se quedo a esperar el ataque del felino. Cuando el gato se lanzo sobre su
lomo, Don Otto giró sobre si mismo, atajo al animal con su patas traseras y de
un golpe lo lanzó al barranco y cayo muerto.
Don Otto, no
solo había salvado su vida, sino que también protegió las nuestras.
FIN
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